martes, 30 de septiembre de 2014

CANCION DE TOPOS

Ahora que involuntariamente me he visto envuelto en el tema de las descargas gratuitas, pensaba escribir (tal vez lo haga más adelante) una larga entrada sobre mi opinión al respecto.
Sin embargo, para un escritor de cuentos de hadas como yo, la mejor manera que se me ha venido a la cabeza para explicarlo ha sido una canción.
Así que de entre todas las cosas que podáis leer a favor o en contra de las descargas gratuitas, ésta opta al premio de ser, seguramente, la más extraña y, tal vez, la más hermosa.

No os diré cómo cantarla -tampoco los topos me lo han dicho a mi- pero yo creo que habría que decir "arú-arú" muy suave, como arrullo a todas las cosas que crecen, como un murmullo a medio camino entre la canción de cuna y la canción de amor, si es que no son canciones de amor todas las canciones de cuna.
Yo canto muy mal, pero preguntadme cuando me veais y quizá pueda hacer un intento.

En realidad, esta canción habla de ser agradecido, de aceptar lo que otros nos dan sin que por ello creamos tener derecho a ello. ¿Libros? Claro, pero también Tiempo, Cariño o Esfuerzo.
Porque como decía el poema: "Nada es gratis, nada es gratis bajo este hermoso y traicionero cielo azul."



Arú-Arú
(Canción de los topos de Villa-Topo)

Había un jardín en Villa-Topo
arú-arú, lleno de flores.
Había un jardín en Villa-Topo
hasta arriba de azucenas.

Había un jardín en Villa-Topo
arú-arú, lleno de historias:
Las podías oir en la tarde
en el zumbar de las abejas.

Y los chicos venían, arú-arú,
a sonrojar sus mejillas,
Y las chicas venían, arú-arú
a bailar entre amapolas.

Pero cortaron las rosas, arú-arú,
para decir te quieros.
Y cortaron las violetas, arú-arú
para decir “te extraño”.

Y no les pagaron a los topos, arú-arú,
semiocultos en la tierra,
y no les pagaron a los topos, arú-arú,
 ni siquiera un colinabo.

Y no les dieron las gracías, 
ni les hicieron reverencias,
Las flores -dijeron los muchachos-
están hechas para los amantes.

Hemos dejado (arú-arú) - dijeron los topos-
de plantar colinabos,
amamos las flores (arú-arú)
tanto como vosotros.

Pero si no nos dais de comer, arú-arú,
si pensáis que las flores crecen de la nada
sabed que los topos cantan, arú-arú,
a las raíces invisibles.

Y no podremos ya cantar nuestro arú-arú
con el estómago vacío:
Dadnos un solo colinabo
y no morderemos las raíces.

Pero los jóvenes eran imprudentes
“Cantad si queréis y nosotros bailaremos.
Cantad si es que eso os gusta.
Las canciones están hechas para oírse.”

Los topos se entristecieron, arú-arú…,
y volvieron a la tierra.
La siguiente Primavera, arú-arú,
no quedaba ni una rosa.

Los jóvenes gritaron y pegaron su oido al suelo
y no oyeron (arú-arú) canción alguna:
Bajos los tocones secos, crunch-crunch,
sonaba el rumor  del hambre.

Había un jardín en Villa-Topo
arú-arú, lleno de flores.
Había un jardín en Villa-Topo.
Había un jardín…


Córdoba. 30 de Septiembre de 2014.

lunes, 8 de septiembre de 2014

No cuesta nada ser amable



Recientemente nos hemos enterado de que algunos foros han puesto nuestro "Reyes de aire y agua" en descarga gratuita. Bueno, mi actitud ante las descargas gratuitas no es abiertamente beligerante (sería incluso más benevolente si a fecha presente le hubiéramos recuperado al libro alguna parte de lo que nos hemos gastado solamente en billetes de tren para presentaciones), sin embargo hay algunos matices en los que sí me gustaría insistir.
En principio la descarga gratuita no me parece especialmente dañina. Lo que la hace buena o mala para la literatura es lo que el lector haga DESPUÉS.

Como a mi me gusta charlar y entendernos, les he escrito una nota a los miembros de uno de los foros en los que he visto el libro (me disculpáis que no lo especifique, no se trata de señalar a nadie).

Os lo copio a continuación.

(Por cierto, no me he podido resistir a la imagen de cabecera. Estaba buscando imágenes de gente leyendo y el "Playghoul" ha sido demasiado. Tenía que ponerlo!)




Hola, amigos de XXXXXXXX,

mi nombre es Jesus Fernández y soy el autor de uno de los libros que tenéis en vuestro foro en descarga gratuita, concretamente, "Reyes de aire y agua", un libro de cuentos de hadas.
El libro no está libre de derechos, así que, si nos ponemos políticamente correctos, el libro no debería estar ahí.

Bien, ahora, bajemos al mundo real.

En primer lugar quisiera felicitaros por la estructura del foro: las normas me parecen respetuosas y, para un lector como yo, la contemplación de tantos libros juntos no deja de producirme un cosquilleo de satisfacción.
No os miento, me alegra que alguien se tome interés en mi libro, sin embargo son ya muchos años de debate sobre si el libre acceso a cualquier libro es legitimo o no y ya sabemos, a poco que hayamos pensado un poco el tema, que el tema es complicado.

Bajar al mundo real como escritor significa asumir que la tecnología hace imposible controlar quien paga por tu libro; ni siquiera voy a detenerme en eso.
Han sido tantos años pagando sobreprecios a las industrias culturales que entiendo que a poco que ha habido una rendija por donde evitarlas se haya producido un movimiento de péndulo hacia la gratuidad total. Como alguien al que le han racionado el agua y de pronto descubre que puede beber toda la que quiera.

Pero cuando llevas un rato bebiendo te das cuenta de que si nadie va a por más agua, al final no bebe nadie.

La descarga gratuita tiene muchos matices que no tiene el libro físico: yo ya sé que el mero hecho de descargar no supone leer (u escuchar), y que el mero hecho de leer u escuchar no supone que te guste.
Eso es una gran ventaja que aporta internet: te permite probar el producto antes de pagarlo. Antiguamente, si después de leer un libro te parecía una mierda, sólo podías tener la sensación de haber tirado tu dinero.
Por cierta dignidad de autor, yo no le exigiría a nadie pagar por un libro que le parece abiertamente aburrido.
Pero ¿qué pasa con los libros que nos gustan? Nada. Quiero decir, nada que no dependa de nosotros. Nadie nos va a obligar, excepto quizá, la responsabilidad.

Llevamos años quejándonos de las cosas que se hacen mal, de las ediciones de libros que no podemos pagar, y cuando la tecnología nos permite hacer las cosas de otra manera, cuando los autores pueden poner a disposición de sus lectores los libros a precios impensables hace 10 años ¿vamos a boicotear a la gente que quiere poner los libros baratos, porque no estamos dispuestos a pagar un par de euros?

Ahora es el lector el que tiene que bajar a la realidad, a la realidad de un mundo complicado en el que casi nadie lo tiene fácil, y en el que, oh sorpresa, no todos los escritores tienen fortunas que les permitan dedicar todo su tiempo a escribir.

No es una cuestión estrictamente literaria, sino de tener una actitud nueva y responsable. Tal y como están las cosas, lo que compras tiene más impacto a nivel social que lo que votas.
¿No te hace gracia pagar por algo? Bienvenido, a mi tampoco me apetece levantarme todos los días a las 8 para ir a trabajar.
La cuestión no es si algo me gusta o no, sino si eso que no me gusta me da otras cosas que valgan la pena. ¡Claro que no me gusta trabajar 8 horas diarias! Pero mi trabajo me permite ir al cine, comprarle un regalo a mi chica, tomarme un Brugal-Cola con los amigos el sábado, vivir fuera de casa de mis padres... No me gusta trabajar, pero mi trabajo sí que me permite tener cosas que quiero.

Con pagar por los libros pasa algo parecido: sería mejor si no hubiera que hacerlo (ey! a mi también me gustaría levantarme a las 12 todos los días!) pero si no lo hacemos me estoy arriesgando a que ese escritor que tanto me ha gustado no escriba más.
Vale, vale, no penséis que estoy con el discurso idiota de que la piratería mata la cultura: a saber qué entienden por cultura los que más lo gritan ¿el ultimo disco de Melendi?
Lo que quiero decir es que si un autor que empieza en una editorial pequeña, que tiene pocos recursos, no consigue pagar sus facturas a final de mes, va a cerrar. Y ya no vas a leer más libros de ese escritor; sin embargo, vas a seguir escuchando en la radio a Melendi. Tú verás.

Y no es solo cuestión de dinero. Al menos no en mi caso. Es una cuestión de mentalidad y de respeto. Yo mismo les he enviado mi libro a personas que me han dicho "lo quiero leer, pero ahora me es imposible, que la cosa está fatal".
Se trata de confiar en las personas, y alguien tiene que dar el primer paso, y no me importa que seamos los autores.
¿Pero qué ocurre si una persona en la que has decidido confiar demuestra que no es de fiar? Pues que se instala una mutua desconfianza en la que se paga por adelantado y las manos donde pueda verlas.
No me gusta eso, y hay muchas formas de ser respetuoso con un autor pequeño (y con uno grande, pero bueno, si le escribís una carta dándole las gracias a Dan Brown seguramente no la va a leer).
Si uno se ha descargado un libro y cuando lo lee le gusta mucho y por circunstancias de la vida no puede pagar los 3 euros que puede valer hay formas de devolver el favor: hablad del libro, decid por qué os ha gustado, colgad una opinión en los foros donde lo habéis encontrado, la difusión también tiene un valor económico y si no quieres/puedes dar tu dinero, tu tiempo también es valioso, págalo con un poco de tu tiempo. Escríbele al autor, dile que el libro te ha hecho pasar algún momento especial: un escritor aguanta escribiendo si les das dinero o ánimo.
Yo, de momento, me puedo permitir cartearme con mis lectores, y vamos tirando más de animo que de dinero.
Y, al igual que entiendo a quien quiere leer y no lo puede pagar, no me gusta quien cree que tiene derecho sobre mi tiempo. Quien cree que, como me ocurrió ayer, yo tengo que quedarme en casa sin ir al cine, escribiendo, para su placer personal.
¿No os habéis enfadado alguna vez con alguien que nunca da las gracias? Esa es la misma sensación que tengo con la gente que cree tener derecho sobre cosas a las que otra persona ha dedicado mucho tiempo.
No es una cuestión de dinero, sino de respeto. Y de responsabilidad, por supuesto: cuando sí que te lo puedas permitir, recuerda qué escritores pensaste que merece la pena que sigan escribiendo.

En fin, amigos, tan pequeña es Cápside Editorial, que hasta me ha sorprendido ver nuestro libro en descarga gratuito. Si eso significa que alguien piensa que es un buen libro, muchas gracias.
Ya veis que este mensaje no es para hacer publicidad: no os cuelgo links ni a blogs, ni a enlaces, ni a nada, si lo queréis comprar basta un googleo y ya encontrareis donde.

Era sólo para exponeros mi punto de vista, para deciros que si lo habéis leído y os gusta, lo escribáis, con las cosas buenas y malas que hayáis visto. Y, si caéis cerca de donde yo vivo, hasta para tomarnos un café.

Afectuosamente,


Jesus Fernández.